[Opinión] Ser o no ser, razonables


SER O NO SER, RAZONABLES

El otro día observé un anuncio de TMB en el metro de Barcelona en el que se anunciaba una racionalización del servicio, esto es, simple y llanamente eliminar determinadas líneas de autobuses por el escaso uso de usuarios. Un poco más tarde me enteré que con la entrada del nuevo año, las líneas nocturnas de autobuses que unían Barcelona con los pueblos del Maresme (hay dos líneas que paran en Premià de Mar y una en Premià de Dalt), también habían pasado por la máquina racionalizadora y por tanto, a determinadas horas, ya no habría servicio los días entre semana. Podríamos seguir con multitud de ejemplos de servicios públicos que se han racionalizado o mejor dicho, eliminado, suprimido o reducido. Es curioso cómo la mayoría de políticos y miembros de organizaciones empresariales que son quienes marcan la verdadera agenda, se están habituando a enviar el mensaje de que todos sus actos, sus propuestas y mensajes van en la correcta dirección porque se basan en la razón, en su privilegiado raciocinio, los demás somos imbéciles. Es decir, ellos mismos catalogan y disfrazan con ayuda de opinadores, periodistas y determinados economistas como razonable lo que únicamente beneficia a sus intereses o a quienes defienden y representan. Es su razón y obvio que tengan sus razones, pero no caigamos en la trampa de dejarnos embaucar y convencer, de resignarnos y asumir como inevitable lo que es injusto para la mayoría.
 Los recortes en sanidad y educación, benefician a las empresas privadas, a negocios que son muy lucrativos y de los que el conseller de Sanitat debe estar bien al tanto pues era el patrón de las empresas sanitarias catalanas. Que la gente se pague su mutua que a mí y a mis excompañeros ya nos va bien, debe pensar el ínclito Boi Ruiz.
La nueva reforma laboral (después de la anterior de ZP que parecía definitiva) tiene como razón de ser, abaratar el despido, es decir, no favorecer la contratación sino permitir que el empresario disponga en su poder de la posibilidad de dejarte sin trabajo cuando quiera -ahora ya puede, pero le es relativamente caro. Lo único que se consigue de esta manera son trabajadores temerosos, que rehuyen la combatividad y la solidaridad entre ellos, incapaces no ya de conocer sus derechos sino de reivindicarlos y menos aún de procurar una mejora en sus condiciones laborales, ya sean de seguridad, de estabilidad,  de salarios o de desarrollo personal.
El aumento de la edad de jubilación condenará a miles de trabajadores a deambular meses y años con una mísera ayuda hasta que puedan jubilarse, pues se encuentran en una franja de edad y circunstancias donde encontrar trabajo está más cerca de lo imposible que de lo difícil. La razón de este aniquilamiento del derecho a jubilarse a los 65, pactado y consensuado por PP, PSOE, CCOO, UGT, beneficia a bancos y entidades financieras que promueven planes de pensiones privados para quedarse con una gran parte del pastel después de años y años de atemorizar a la población con que el sistema de pensiones era insostenible. Después de unos años de la peor crisis, con los peores datos de desempleo de Europa, con recesión, con leve crecimiento, con fraude y sin él, con 5 millones de parados, el sistema aún no ha quebrado. Eso sí, con este ritmo no podría aguantar mucho más tiempo.
La ayuda a los bancos, era también razonable, tenía su razón de ser, ya que si los bancos no tenían dinero no podían prestárnoslo. Lo que no han dicho es que los bancos recibían del Estado o del BCE dinero a un 1% de interés por ejemplo y te lo prestaban al 4, 5 ó 9%. Lo que tampoco era razonable es que el dinero, el “crédito que debía fluir” tampoco llegase a quien lo necesitaba. Y tampoco entra en lo racional que los bancos con el dinero que les “regalaban” (por lo barato que les salía) se hartasen a comprar deuda de sus propios países y recibir un 5% de intereses.
Hay muchos más ejemplos que demuestran que lo razonable no es tal, sino que obedece a los intereses de unos pocos, los más poderosos eso sí, pues ocupan poltronas donde dictan y promulgan leyes, tienen medios de comunicación de masas, controlan nuestro dinero y en caso de que alguien se rebele, tienen a sus fuerzas de seguridad (para ellos claro). En nombre de la razón de Estado se han hecho las mayores barbaridades de la Historia. Dejemos pues de ser razonables, de acatar la parte del mundo que nos parece injusta e indigna, de consentir sin analizar medidas y  políticas que nos encaminan hacia más miseria, moral y material. Rendirse ante la autoridad es ser razonables, pues no lo seremos.

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